Paula Carlino, en su primer capítulo del libro: Escribir, leer y aprender en la universidad plantea una serie de preguntas muy pertinentes para los docentes universitarios: ¿Por qué es preciso enseñar a escribir en los estudios superiores? ¿Acaso los alumnos no debieran llegar sabiendo hacerlo solos? ¿Alcanza con un taller para los ingresantes? ¿Quién tiene que hacerse cargo de la escritura en la universidad? ¿en qué situaciones?
Para contestar estas preguntas, me gustaría evocar las situaciones docentes como profesor de física en las carreras de ingeniería de la UACM que me han ayudado a reflexionar sobre este tema.
Comencé a trabajar en la UACM en el 2004 con un grupo de profesores que estaba implementando una propuesta nueva de enseñanza para los estudiantes de recién ingreso, con base en los materiales desarrollados por el grupo de enseñanza de la Física de la Universidad de Washington, lideareado por la ahora fallecida Lillian McDermott. Esta propuesta se aterrizó en un curso que se sigue impartiendo actualmente en la universidad: Introducción a la Física. En lugar de dar una clase magistral y cubrir un gran temario enciclopedico se proponen actividades de indagación guíada en equipos, donde los estudiantes deben realizar experimentos y contestar preguntas para aprender algunos conceptos y habilidades de pensamiento científico. En el diseño de los materiales se sigue los principios de aprendizaje activo los cuales son consistentes con los principios de enseñanza centrada en el aprendizaje del proyecto educativo de la UACM.
Se puede revisar con más detalle los fundamentos e investigaciones sobre esta propuesta de trabajo en un par de publicaciones: (Echeverría et al, 2009) y (Chernicoff y Echeverría, 2012). Es importante destacar que esta metodología puede generar una menor deserción, mayor confianza de los estudiantes en la construcción de sus conocimientos y una nueva experiencia de aprendizaje. Sin embargo, también es una propuestas que depende mucho de la predisposición del profesor de trabajar de una manera diferente a la que estamos acostumbrados: se cubren pocos contenidos y se enseñan explícitamente habilidades de pensamiento científico, centrando el trabajo en el aprendizaje de los estudiantes.
Las actividades de lectura, escritura y oralidad juegan un papel muy importante en esta modalidad de clase ya que los estudiantes llevan un registro escrito de los experimentos en una bitácora. Deben de leer las preguntas de las actividades de indagación guiada con mucho cuidado, ya que las consignas pueden ser sútiles y difíciles de comprender. La intervención del profesor se da a partir del principio de diálogo socrático donde el estudiante debe explicitar sus razonamientos y socializar sus dudas, y ahí es donde se abre un diálogo sobre lo que el estudiante está exponiendo, tratando que él mismo se de cuenta de las incosistencias de sus afirmaciones o razonamientos a partir de hacerle nuevas preguntas. Concha-Fritz (Concha-Fritz et al, 2020) reporta que la indagación guiada favorece el desarrollo de las competencias comunicativas, especialmente en los estudiantes provenientes de un entorno socio-cultural bajo.
Esta experiencia docente y colegiada, me proporcionó herramientas para implementar los principios de aprendizaje activo en los otros cursos de física que se imparten en la universidad, a través de actividades de indagacion guiada. En 2013 me integré al grupo de investigación CIDECE (Círculo de Estudios de Cultura Escrita) en donde he podido interactuar con colegas de áreas de humanidades y especialistas en escritura académica. En la encuesta sobre las prácticas de lectura y escritura 2022 se destaca que los estudiantes de la UACM presentan diversas dificultades para escribir y leer textos académicos, por lo que solicitan explicitamente ayuda a la institución para incorporarse plenamente a las prácticas universitarias de lectura y escritura. Estos resultados coincidencon una primera investigación realizada sobre los hábitos de aprendizaje de los estudiantes de Mecánica I, en el semestre 2018-I, donde los estudiantes reportan entender poco de los libros de texto de Física y conocer pocas estrategias de estudio.
Gracias a mis compañeras del CIDECE entré en contacto con la idea de la alfabetización académica (Carlino, 2013), donde se plantea que los profesores de cada disciplina deben de apoyar a los estudiantes a "escribir y leer como lo hacen los especialistas, y a enseñar a leer y escribir para apropiarse del conocimiento producido por ellos". Tomando en cuenta esta idea he comenzado a diseñar actividades que incorporan de manera explícita el uso de la lectura, escritura y expresión oral desarrollando hábitos y herramientas de aprendizaje. También he incorporado lecciones para que los estudiantes de familiaricen con generos discursivos y formas de pensar en las áreas de Ciencia y Tecnología. A continuación comparto una pequeña lista de algunas de estas actividades:En la actualidad, la escritura académica en la formación de ingenieros ya se perfila como una área de estudios, con interrogantes, consensos y líneas de investigación a desarrollar. Por ejemplo, se encuentra que las prácticas de escritura son invisibles en los planes de estudios de ingeniería. En la práctica docente de la ingeniería se reconoce la importancia del lenguaje matemático, pero la escritura se concibe como algo "ajeno, secundario y un mero instrumento del saber riguroso". También se da cuenta de que existen cada vez más investigaciones sobre propuestas concretas para integrar la lectura y escritura en el ámbito de la educación STEM en latinoamérica (Diego,2024).
La experiencia aquí compartida, desde la indagación guiada en física hasta el trabajo en el CIDECE, evidencia que la alfabetización académica es un pilar para la enseñanza centrada en el aprendizaje en los cursos de Ciencia y Tecnología. Como hemos visto, no se trata de un problema que los estudiantes deban resolver por sí solos, ni que pueda delegarse únicamente en un taller inicial.
Las preguntas de Carlino con las que abrí este texto encuentran su respuesta en la investigación-acción: es preciso enseñar a escribir y leer en las disciplinas porque son las herramientas con las que se construye el conocimiento de manera significativa. Y somos nosotros, los profesores del área, quienes debemos hacernos cargo de manera integrada en nuestras asignaturas: podemos diseñar actividades explícitas, hacer visible la escritura en nuestros planes de estudio y aprovechar los géneros discursivos propios de la ingeniería y la física como vehículos de aprendizaje, además de integrar a los estudiantes a participar en la cultura académica de cada disciplina.
Por ello, los invito a sumarse a esta conversación y a este esfuerzo. ¿Cómo estamos incorporando la lectura y la escritura en nuestras clases de ciencia e ingeniería? ¿Qué estrategias hemos probado? ¿Qué dificultades hemos encontrado?
Para contestar estas preguntas, me gustaría evocar las situaciones docentes como profesor de física en las carreras de ingeniería de la UACM que me han ayudado a reflexionar sobre este tema.
Comencé a trabajar en la UACM en el 2004 con un grupo de profesores que estaba implementando una propuesta nueva de enseñanza para los estudiantes de recién ingreso, con base en los materiales desarrollados por el grupo de enseñanza de la Física de la Universidad de Washington, lideareado por la ahora fallecida Lillian McDermott. Esta propuesta se aterrizó en un curso que se sigue impartiendo actualmente en la universidad: Introducción a la Física. En lugar de dar una clase magistral y cubrir un gran temario enciclopedico se proponen actividades de indagación guíada en equipos, donde los estudiantes deben realizar experimentos y contestar preguntas para aprender algunos conceptos y habilidades de pensamiento científico. En el diseño de los materiales se sigue los principios de aprendizaje activo los cuales son consistentes con los principios de enseñanza centrada en el aprendizaje del proyecto educativo de la UACM.
Se puede revisar con más detalle los fundamentos e investigaciones sobre esta propuesta de trabajo en un par de publicaciones: (Echeverría et al, 2009) y (Chernicoff y Echeverría, 2012). Es importante destacar que esta metodología puede generar una menor deserción, mayor confianza de los estudiantes en la construcción de sus conocimientos y una nueva experiencia de aprendizaje. Sin embargo, también es una propuestas que depende mucho de la predisposición del profesor de trabajar de una manera diferente a la que estamos acostumbrados: se cubren pocos contenidos y se enseñan explícitamente habilidades de pensamiento científico, centrando el trabajo en el aprendizaje de los estudiantes.
Las actividades de lectura, escritura y oralidad juegan un papel muy importante en esta modalidad de clase ya que los estudiantes llevan un registro escrito de los experimentos en una bitácora. Deben de leer las preguntas de las actividades de indagación guiada con mucho cuidado, ya que las consignas pueden ser sútiles y difíciles de comprender. La intervención del profesor se da a partir del principio de diálogo socrático donde el estudiante debe explicitar sus razonamientos y socializar sus dudas, y ahí es donde se abre un diálogo sobre lo que el estudiante está exponiendo, tratando que él mismo se de cuenta de las incosistencias de sus afirmaciones o razonamientos a partir de hacerle nuevas preguntas. Concha-Fritz (Concha-Fritz et al, 2020) reporta que la indagación guiada favorece el desarrollo de las competencias comunicativas, especialmente en los estudiantes provenientes de un entorno socio-cultural bajo.
Esta experiencia docente y colegiada, me proporcionó herramientas para implementar los principios de aprendizaje activo en los otros cursos de física que se imparten en la universidad, a través de actividades de indagacion guiada. En 2013 me integré al grupo de investigación CIDECE (Círculo de Estudios de Cultura Escrita) en donde he podido interactuar con colegas de áreas de humanidades y especialistas en escritura académica. En la encuesta sobre las prácticas de lectura y escritura 2022 se destaca que los estudiantes de la UACM presentan diversas dificultades para escribir y leer textos académicos, por lo que solicitan explicitamente ayuda a la institución para incorporarse plenamente a las prácticas universitarias de lectura y escritura. Estos resultados coincidencon una primera investigación realizada sobre los hábitos de aprendizaje de los estudiantes de Mecánica I, en el semestre 2018-I, donde los estudiantes reportan entender poco de los libros de texto de Física y conocer pocas estrategias de estudio.
Gracias a mis compañeras del CIDECE entré en contacto con la idea de la alfabetización académica (Carlino, 2013), donde se plantea que los profesores de cada disciplina deben de apoyar a los estudiantes a "escribir y leer como lo hacen los especialistas, y a enseñar a leer y escribir para apropiarse del conocimiento producido por ellos". Tomando en cuenta esta idea he comenzado a diseñar actividades que incorporan de manera explícita el uso de la lectura, escritura y expresión oral desarrollando hábitos y herramientas de aprendizaje. También he incorporado lecciones para que los estudiantes de familiaricen con generos discursivos y formas de pensar en las áreas de Ciencia y Tecnología. A continuación comparto una pequeña lista de algunas de estas actividades:
- Actividad Biblioteca. La clase se imparte en la biblioteca, donde los estudiantes aprenden a usar los libros de texto de física universitaria como recurso de aprendizaje.
- Método de toma de notas Cornell. Los estudiantes aprenden este método que consiste en crear divisiones de sus notas: en una parte escriben el tema y fecha de la clase. Las notas de clase se escriben anotando las ideas más importantes. Se agrega una sección con preguntas y otra sección con el resumen de la clase.
- Formato de resolución de problemas con secciones separadas: enunciados, ideas clave, representación pictórica, modelo matemático, resolución con instrucciones para resolver el problema, evaluación del resultado. Los estudiantes deben de trabajar el problema con otros estudiantes (TAPPS) y poder exponerlo.
El CIDECE organiza desde hace un par de años el Coloquio de Retos de Acompañamiento en lectura y escritura en educación superior lo que me ha permitido comenzar a sistematizar algunas de estas prácticas de apoyo a los estudiantes en los cursos de física. La participación de los profesores del CCyT en estos eventos no ha sido muy grande, pero el interés sobre este tema ha crecido a partir del proceso de revisión de los planes y programas de estudio, donde se ha manifestado la necesidad de incluir herramientas de lectura, escritura y comunicación oral para los estudiantes de nuestros colegio.
La experiencia aquí compartida, desde la indagación guiada en física hasta el trabajo en el CIDECE, evidencia que la alfabetización académica es un pilar para la enseñanza centrada en el aprendizaje en los cursos de Ciencia y Tecnología. Como hemos visto, no se trata de un problema que los estudiantes deban resolver por sí solos, ni que pueda delegarse únicamente en un taller inicial.
Las preguntas de Carlino con las que abrí este texto encuentran su respuesta en la investigación-acción: es preciso enseñar a escribir y leer en las disciplinas porque son las herramientas con las que se construye el conocimiento de manera significativa. Y somos nosotros, los profesores del área, quienes debemos hacernos cargo de manera integrada en nuestras asignaturas: podemos diseñar actividades explícitas, hacer visible la escritura en nuestros planes de estudio y aprovechar los géneros discursivos propios de la ingeniería y la física como vehículos de aprendizaje, además de integrar a los estudiantes a participar en la cultura académica de cada disciplina.
Por ello, los invito a sumarse a esta conversación y a este esfuerzo. ¿Cómo estamos incorporando la lectura y la escritura en nuestras clases de ciencia e ingeniería? ¿Qué estrategias hemos probado? ¿Qué dificultades hemos encontrado?

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